lunes, 14 de febrero de 2011

Ayuntamientos en números rojos

Levantar la persiana del Ayuntamiento de Barbate supone un «milagro diario». De esta forma tan gráfica ha resumido en más de una ocasión el alcalde de la localidad, el socialista Rafael Quirós, la difícil situación económica por la que atraviesa su consistorio. La Corporación de Barbate debe a los bancos más de 11 millones de euros y su deuda global asciende a 60 millones. No puede pedir un céntimo más. Pero la situación de angustia financiera no es patrimonio exclusivo del Ayuntamiento de Barbate. Al contrario. La mitad de las corporaciones locales de la provincia tiene serios problemas de solvencia.
El Ministerio de Economía acaba de publicar la liquidación presupuestaria de las haciendas locales correspondientes al ejercicio de 2009 y los ayuntamientos gaditanos no salen bien parados por tercer año consecutivo. Quince corporaciones viven por encima de sus posibilidades. Es decir, gastan más de lo que ingresan, mientras que 16 se libran por los pelos. Todavía hay 13 consistorios de la provincia que no han entregado sus cuentas al Ministerio. La situación puede ser más grave aún en la liquidación de 2010, donde la morosidad en la recaudación y la retirada del capítulo de ingresos de aquellas facturas que ya no se pueden cobrar llevarían a varios ayuntamientos, sobre todo de los grandes municipios, a aumentar su déficit. Es el caso de La Línea, Los Barrios o Jerez.
Cortes de luz
La regidora del consistorio jerezano, la socialista Pilar Sánchez, trata de poner orden en las cuentas de su ayuntamiento, mientras Endesa le corta la luz en varias dependencias por impagos del recibo. La liquidación del presupuesto del consistorio jerezano del 2009 aparece con un déficit de casi 21 millones de euros. Su situación es extrema. Las deudas ahogan a una corporación que cuenta con casi 3.000 funcionarios y una nómina de 97 millones de euros en gastos de personal. Insostenible con unos ingresos de 248 millones de euros y 269 de gastos. La oposición ha situado en el blanco de sus críticas el lastre financiero que soportan las arcas locales con una deuda general de 565 millones de euros, de los que 194 es a bancos, 329 a proveedores y 102 a la Seguridad Social.
La estructura económica de los ayuntamientos hace aguas. Varios expertos coinciden en advertir que las plantillas están sobredimensionadas. Algunos consistorios de las zonas costeras conservan en invierno la misma plantilla que en verano, justo cuando doblan la población. En este sentido se destaca que los ayuntamientos tienen que reorganizarse y externalizar ciertos servicios.
Tarifa sigue en números rojos. El saldo del ejercicio de 2009 arroja un déficit de cuatro millones de euros y resulta curioso que una población con solo 17.793 habitantes gaste más de la mitad de lo que ingresa en cubrir las nóminas de sus funcionarios, un gasto que supone al año 11 millones de euros. Villamartín, La Línea y Barbate son también ayuntamientos con un exceso en gastos de personal. El Ayuntamiento de El Puerto, por ejemplo, comienza a sufrir los efectos de la crisis y aumentar su saldo negativo, que suma en el ejercicio de 2009 un montante de 10 millones de euros y un gasto en personal de 33 millones.
En este escenario figura el Consistorio gaditano que, según el último balance contable, la soga sigue apretando su cuello. El Ayuntamiento arroja un saldo negativo de casi 22 millones de euros. Ingresa 165 y gasta 188 millones. Difícil mantener este ritmo, sobre todo, cuando ha dado superávit hasta 2008.
Uno de los motivos que ha llevado a engordar el descuadre económico ha sido la caída de la construcción. Los ayuntamientos han perdido en los tres últimos años una de sus fuentes de ingresos: las licencias de obras. A este revés hay que sumar además las dificultades que se encuentra la recaudación municipal para hacer frente al cobro de impuestos. En este sentido, se llama la atención ante la evolución de los gastos y la poca previsión que ha habido en las haciendas locales sobre los ingresos.
Uno de los consistorios que ha sabido capear el temporal ha sido El Gastor. Se trata de un pequeño municipio serrano de 1.859 habitantes que ha dado un saldo positivo de 542 euros. Poco, pero suficiente. Su alcaldesa, la popular Silvia Muñoz, reconoce que «la política que se ha llevado a cabo durante los últimos 12 años ha sido de total austeridad para zanjar la deuda que arrastraba el consistorio de 800.000 euros». Este ayuntamiento ha mantenido el equilibrio entre ingresos y gastos y «puede presumir de no tener ningún crédito».
En el otro lado de la balanza se encuentra San Roque, con un superávit de casi seis millones de euros, Ubrique, con un saldo positivo de dos millones o Benalup y Zahara, que han salido airosos del envite con un millón de euros de beneficios. En este mismo campo se encuentra el Consistorio isleño que ha logrado un superávit de 5 millones de euros, pero estas cuentas no recogen el desfalco multimillonario que todavía está en fase judicial.
Los consistorios gaditanos siguen con el agua al cuello y lo peor es que en el próximo ejercicio que declaren pueden estar casi sin oxígeno.
 

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