«La declaración de la víctima ha sido un ejemplo de valor, contundencia, rigor, ejemplaridad y aplomo. No ha tenido la menor fisura a lo largo del procedimiento». Este elogio lo reserva el tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia para una niña de 13 años que cuando tenía sólo nueve fue abusada en repetidas ocasiones -«no menos de 20 ó 30 veces»- por su tío político. José Carlos M. P. aprovechaba las visitas que hacía a la familia de su pareja en Barbate para propasarse con la menor. Primero fueron tocamientos y después subió un grado en su barbarie para llegar a la penetración con los dedos. La víctima no aguantó más cuando supo que su prima también estaba en peligro. La sentencia que condena a su tío a diez años de cárcel describe cómo la niña recurrió a su madre «temblando».
Los abusos sexuales se cometieron entre el verano de 2008 y abril de 2009. Para proteger a la víctima, el tribunal acordó el pasado 18 de noviembre, día del juicio, que éste se celebrara a puerta cerrada. La menor declaró por videoconferencia y como dejan reflejados a los magistrados, les dejó asombrados con su relato, que a la postre se ha convertido en la principal prueba incriminatoria.
El fiscal y la acusación particular, que solicitaban la pena que ahora ha impuesto el tribunal, llevaban preparado más material probatorio: el informe médico que se le hizo a la niña tras la denuncia y que confirma la existencia de lesiones en sus partes íntimas; o el testimonio de la forense que exploró a la víctima y que descarta que mintiera.
El procesado se limitó a negar los hechos y no aclaró el porqué de la acusación de su sobrina. No convenció al tribunal que apreció «que hasta su propia negativa es poco convincente». José Carlos M. P. , de 38 años, también ha sido condenado a la prohibición de acercarse a la víctima durante trece años a menos de un kilómetro y a pagarle a los padres de la menor una indemnización de 12.000 euros.
Fuente: La Voz de Cádiz
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