lunes, 7 de febrero de 2011

El porvenir de Barbate pasa por Marruecos

Los viajes ahora son más cortos. Las travesías hacia aguas marroquíes se han cambiado esta semana por trayectos a aguas del golfo de Cádiz. 17 barcos con base en la localidad gaditana de Barbate ya no pueden usar las licencias que tenían para faenar en aguas norteafricanas porque allí ha entrado una parada biológica y el próximo 27 de febrero caduca el actual convenio entre la Unión Europea y Marruecos. Las autoridades no saben si continuará, se prorrogará o se renegociará. El acuerdo, no hace muchos meses duramente criticado por el sector pesquero andaluz, es visto ahora como la máxima esperanza para mantener viva esta economía.


El acuerdo, no hace mucho duramente criticado, es ahora la mayor esperanza
La parada biológica marroquí ha obligado a faenar en el golfo de Cádiz
El inicio de la parada biológica en Marruecos ha coincidido con el final de una medida similar en el golfo de Cádiz, donde esta semana han coincidido todos los barcos, los que tiene licencia nacional e internacional. El regreso no ha podido ser más desolador. "El mercado está saturado de pescado que viene de otros países como Marruecos o Italia", protesta el armador del pesquero Yerbabuena y presidente de la Asociación Barbateña de Empresarios Pesqueros, Tomás Pacheco.
Este colapso se nota en los precios. Las cajas de siete y nueve kilos de boquerones que traían los barcos desde Marruecos podían alcanzar los 40 euros, pero esta semana no han superado los tres. Es decir, que un kilo de boquerones apenas alcanza los 30 céntimos. "Es lo comido por lo servido", lamenta el armador. Denuncia que esta cantidad no llega para cubrir los gastos de combustible y de personal. Lo argumenta con datos. La tonelada de hielo cuesta 100 euros, el gasoil está a 60 céntimos y a esta inversión hay que añadirle las nóminas y los víveres para la tripulación.
El acuerdo con Marruecos, que entró en vigor en 2007, permite faenar en aguas del país norteafricano a 119 barcos europeos, de los que 101 son españoles, 44 andaluces y 20 de Barbate, aunque solo quedan 17 con esa licencia en vigor. Estos cuatro años han estado llenos de problemas y de reclamaciones. Muchos amagaron con renovar sus licencias debido a una supuesta escasa rentabilidad de los viajes y a la negativa de Marruecos de atender algunas de sus peticiones como el uso de luces auxiliares por parte de los barcos de cerco, la flexibilización en las descargas o la ampliación de la zona de pesca.
El inicio de la parada biológica en Marruecos y el fin del actual acuerdo coincide con los momentos de más calma en el sector. "Ha sido un último trimestre muy bueno", resume José Bermúdez. Su última faena en el caladero norteafricano así lo atestigua. Su barco Ángel Custodio, del que es armador y patrón mayor, cargó 400 cajas de unos siete kilos cada una, por las que obtuvo precios de entre 33 y 35 euros. Todo un lujo comparado con los tres euros alcanzados esta semana en el golfo de Cádiz, donde la parada biológica no ha servido para tranquilizar los ánimos del sector.
España ya ha hecho oficial su petición de que el acuerdo pesquero entre la Unión Europea y Marruecos pueda continuar tras la parada biológica sin mayores problemas. De hecho, la ministra de Medio Ambiente Rural y Marino, Rosa Aguilar, ha solicitado a la comisaria del Pesca de la Unión Europea, María Damanaki, una prórroga inmediata del acuerdo. Ha solicitado, al menos, un año de continuidad. No ha habido una respuesta clara pero sí una muestra de que la Comisión Europea trabaja en esa línea.
Los pescadores de Barbate confían en que estas negociaciones fructifiquen. Ven en el ansiado regreso a Marruecos un salvavidas al que agarrarse en momentos muy duros para el sector. "Queremos que se renueve y después podemos hablar de que nos den más seguridad y nos permitan faenar más al sur, pero lo más importante es que se renueve cuanto antes", señala el patrón mayor de la cofradía, Ambrosio Ruiz.
300 personas siguen dependiendo directamente del mar en Barbate. La cifra se reduce progresivamente aunque esa cuesta hacia abajo tenga sus obstáculos. Algunos a los que la Junta de Andalucía aceptó prejubilar entre 2009 y 2010 a los 55 años todavía no han cobrado el dinero prometido.

Fuente: El País

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