El enésimo capítulo del culebrón jurídico en el que se ha convertido la 'operación Semilla', que destapó en 2001 una trama de narcotráfico a nivel provincial e implicó a más de medio centenar de personas, ha concluido con quince personas condenadas y una única absolución.
Con ellos, se equilibra la balanza entre los hasta ahora condenados y absueltos en este caso, que fue dividido en una multitud de procedimientos diferentes y arrastra casi diez años de retraso: 38 considerados culpables y otros 33, inocentes.
En este última sentencia, la Audiencia ha sumado al grupo de los inocentes a un representante de moda deportiva al que se le acusó de pinchar las comunicaciones a la Policía, pero al que -según el tribunal- se le vinculó al caso por sus contactos telefónicas con otros dos imputados, que tenían sendas tiendas de ropa en la provincia.
Acuerdo previo
Al resto de acusados se les ha condenado a penas mínimas, que van desde los seis meses de prisión y una multa de 1.000 euros -para una mujer imputada- a una máxima de cuatro años y tres meses. Aunque la mayor parte oscila entre los dos y los tres años. Para la mayoría de los acusados en este último juicio, la sentencia no les ha llegado por sorpresa. Y es que trece de las dieciséis personas que se sentaron en el banquillo llegaron a un acuerdo previo con la Fiscalía para confesar su participación en la red de narcos. A cambio, se les reduciría la condena, con atenuante cualificado por evidentes dilaciones indebidas.
Sólo tres personas se negaron a admitir los hechos: el representante de moda deportiva; uno de los dueños de una tienda de ropa en Chiclana (C. E. R.), condenado a tres años por transportar hachís; y un tercer acusado (F. M.) al que se la achaca la negociación de un alijo y el alquiler de un chalé en Barbate para ocultar la droga. Este último hombre ha sido sentenciado a cuatro años y tres meses, aunque su letrado, José Álvarez, ha anunciado que recurrirá la sentencia ante el Tribunal Supremo, lo que supone que este enésimo capítulo de la operación Semilla no será todavía el último. El culebrón cuelga el cartel de «Continuará...»
Fuente: La Voz de Cádiz
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